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Mangiapane, ladies Restaurant

En el mundo del motor existe el término ladies car: esto es, coches que, por la razón que sean, gustan más a ellas, sin que hayan sido diseñados a priori para el 52% de la población.


Salvando las distancias pero haciendo uso de la observancia, y por supuesto sin intención de ser presuntuosos (¡Dios nos libre!), creemos que nos encontramos ante un caso único en restauración: un ladies restaurant, concepto que hasta ahora no tenemos constancia se haya dado, al menos de manera casual (es posible que sí de manera causal).


Aquí ha pasado algo curioso: sin que nadie lo buscara, sin que lo pusiéramos en un cartel, las mujeres empezaron a adueñarse del lugar. Grupos de amigas. Mujeres que vienen solas o en compañía, a tomar una copa de vino, a leer, a disfrutar. Parejas en las que, claramente, ella eligió el sitio.


¿Por qué? Quizá por las pinsas, claro. Quizá por los vinos, las atmósferas, la luz perfecta. Pero seamos sinceros: puede también tenga que ver con los chicos en sala. Davide y Alessandro no son meros Jefe de Sala y perfecto lugarteniente. Son anfitriones, confidentes, artistas del detalle. Saben cuándo acercarse, cuándo bromear, cuándo dejar respirar a la mesa y cuándo necesita algo. Esto nos dicen ellas: saben hacer sentir bien a cualquiera que entre por esa puerta, Con respeto, humor, atención.


Claro, no hay forma de que aprendan español mínimo, pero forma parte del encanto de los chicos y del espacio: ilimitado en tiempo y forma. Y lo curioso es que no fue planeado. Simplemente… pasó.


Así que sí, se nos ha ocurrido que el Mangiapane es (sin quererlo) un ladies restaurant. No sabemos si el primero, pero el nuestro lo es. Y vaya por delante que nos gusta recibir a todos,.


Quizá es momento de celebrarlo: a todas nuestras clientas: gracias. Este lugar es tan vuestro como nuestro. Y a Davide y Alessandro: chicos, algo estáis haciendo muy bien.




 
 
 

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